"La miel, alimento nutritivo"
En el intrincado y fascinante mundo de los alimentos la miel posee un lugar privilegiado. Un alimento natural, que no puede contener ningún tipo de aditivo, con importantes propiedades nutricionales y terapéuticas y características sensoriales atractivas; elaborada por una comunidad con una organización y predisposición al trabajo sorprendentes. Además de la miel, que ha sido recolectada y apreciada durante miles de años, las abejas producen otros invalorables alimentos con importantes propiedades tales como el polen, la jalea real, el propóleos y la cera. La miel es una solución que elaboran las abejas melíferas para alimentar a sus larvas y asegurarse la subsistencia durante el invierno. Las abejas obreras ingieren el néctar u otros jugos dulces de las flores, a los que añaden sustancias propias de su organismo (enzímas) y los transforman en miel en sacos especiales situados en su esófago. A continuación, se almacena y madura en panales dentro de sus colmenas. Es un alimento energético por su contenido en azucares simples, que son asimiladas rápidamente por el organismo, contribuyendo al mantenimiento del esqueleto (calcio) y a la regeneración de la sangre (hierro). Los efectos medicinales de la miel son incuestionables. Contiene propiedades antibióticas, antisépticas y cicatrizantes, siendo muy útil en casos de quemaduras, llagas y heridas. Su actividad antianémica, es muy notable por el aumento de la hemoglobina en la sangre. Facilita las funciones digestivas y respiratorias. Tiene efectos diuréticos y sedativos.

Popularmente se conocen sus efectos curativos de la tos, bronquitis, catarros, etc., así como contra el reumatismo y estreñimiento. En la miel hay 181 sustancias diferentes, su principal aporte son los hidratos de carbono, aunque también contiene prótidos, lípidos, sales fósforo, hierro, potasio, calcio y vitaminas (A, E, C, B6 y B12). Es un producto complejo, rico en azucares, vitaminas minerales y encimas (sustancias de naturaleza proteica que actúan en procesos vitales). La composición, el aspecto, el sabor, el color, etc. Varían mucho dependiendo de las flores que proviene, de su origen y de la Región. Su valor energético y su fácil digestión son vitales para la actividad física o mental, por su fácil asimilación.

Su color y sabor está directamente relacionado con la flor de donde se recogió el néctar. El color varía desde casi incoloro a casi negro. La consistencia puede ser fluida, viscosa o cristalina parcial o totalmente. Todas las mieles naturales con el paso del tiempo cristalizan. La miel es un buen alimento y muy energético, de una parte por su riqueza en hidratos de carbono y por otra por la facilidad en la predigestión de estos productos. La miel es muy adecuada en la alimentación infantil ya que enriquece la hemoglobina de la sangre.
En el deporte es una fuente de energía de primera magnitud, especialmente cuando se necesita un aporte de energía en un momento dado.
En la llamada tercera edad la invertasa de la miel ayudará en algunos problemas digestivos.